lunes, 15 de abril de 2013

Punset, te invito a un café


Si es tal como ahora se dice y la gente obedece a sus instintos hormonales y se atrae mutuamente y se huele los genes sin darse cuenta y el hipotálamo lanza entonces sus jugos y uno decide que le gusta lo que tiene enfrente y todos los músculos faciales se ponen a trabajar a su aire y las pupilas se dilatan para enviar señales telepáticas hacia otros ojos y hacia otro hipotálamo que acusa recibo y también babea su jugo primitivo cerrándose el circuito y llevándolos a la cama donde esos cuerpos podrán entregarse al viejo rito que en ese momento les parece tan exclusivo e inevitable como inevitable la redirección perfecta de la sangre allí donde debe de estar llenando tejido esponjoso envolviendo piel y nervios presionando glándulas lubricantes para facilitar un acto que está tan bien diseñado que ni siquiera es necesario poner un poco de espíritu para llevarlo a cabo. Si todo esto es así, si la serotonina ilumina de fe pasajera el cerebro y soltamos un ´te quiero` entre jadeos de hiperventilación, si todo está tan bien calculado de antemano ¿Qué queda sólo de nosotros y para nosotros solamente?





0 comentarios:

Publicar un comentario

    Quién soy