miércoles, 23 de mayo de 2012

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Andén


Un instantáneo reflejo rojizo como una herida en el cielo del ojo. 
Tus andares, bueno, es el verano sacudiéndose algo que todos recogemos.
Y esas sandalias trepando hacia la rodilla, beben el sudor de tus pies lácteos.
¡Mírame mírame mírame! ahora que parece que te has detenido o el mundo te ha dado alcance,dejaré de lado el procedimiento habitual de adivinarte edad, origen, habilidades…Nada importa y es tanto el consuelo de ver tu pelo pajizo en cola como un chorro de cereales, tanto el consuelo de tus brazos por los que han circulado caracoles y…¿no vas a mirarme?...
Si, aquí llega tu tren, desconocida…este viento subterráneo que hace piel de tu vestido rojo, soy yo.
Si si si, soy yo afinando tus riñones, ahuecando tu ombligo, envasando al vacio tu sexo y tus muslos…Desconocida…¿que harán con tu cara cuando seas recordada por ese extraño al final del día?

sábado, 19 de mayo de 2012

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Naufragio de una mudanza


cuando dejas tu viejo colchón tirado en la calle,
acto delictivo que todos cometemos de madrugada,
ese leve crimen apresurado que supone desprenderse de intimas inmundicias,
como si en la blanda superficie hubieran quedado impregnadas
la radiografia de nuestros sueños mas secretos,
el sudor del miedo que nadie debe saber jamás,
los nombres que impulsaron la mano, lenta, a los genitales.
Kilómetros y kilómetros de huida sin partir,
el esparcimiento, el ocio barato del cotidiano subterfugio.
Abandonamos el cadáver que sorbió nuestro veneno,
que filtró la enmarañada retórica de 12 horas de vigilia.
y apenas nos volvemos un instante,
compasivos y un poco lastimados,
como heridos por la mirada de una novia traicionada.

viernes, 18 de mayo de 2012

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Origen

Mosca joven y pegajosa
con mucho menos descaro
hubiera sabido ya que amas
el valle de mi espalda,
que vibras emocionada
paseando por mi cara;
es casi insoportable
cuando te asomas a mis fosas nasales
.......y gritas.
cuando cruzas mis labios
pienso en un cadaver reciente y prematuro.
Mosquita de alitas escarchadas
en la planta de mis pies comprendo
apretando los dientes,
la justa medida de tu ser.
¿a que viene esa confianza
de paloma turística
todavía más homicida
que la de tus hermanas mayores?
ignoras la suerte de seguir viva;
soy un rayo con el trueno amordazado,
mi infancia fué correr trás lagartijas.
Finjo que sueño
¡pero hace tanto que no sueño!
solo ves mi cuerpo desperdigado
flotando en la acusatoria luz de la mañana
y esta habitación se comprime tanto y tanto
que no quedará espacio para ti y para mí.
¿Pero que sabes tú de torpes rodeos a la vida?
tu vás directa a la mierda,
a la muerte, al hocico del león,
multiplicada como espias de una divinidad 
podrida y meticulosa.
me completas en el puzzle de tus ojos 
y me amas
indecorosa 
sobrevuelas esta mentira incomprensible
de pezones vellosidades
 y latidos sofocados.
mi insignificante zumbadora con poquisimas horas
de tramposa existencia,
voy a confesarte algo:
he sabido que aún no estaba muerto
cuando has empedrado un sendero
de diminutos y felices amperios
recorriendo mi costado
como a veces la rúbrica fantasmal
que aquel mechón de su jugetona cabeza sopladora
imprimia sobre mi carne
descubriendo cremalleras bien engrasadas
por las que ELLA hubiera podido extraer y cotejar
todo aquello de lo que me preñaron
las vigilantes horas muertas.
ahora si, largaté y dejame soñar.

jueves, 17 de mayo de 2012

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Pareja

¿Cabe concebir la posibilidad de reconciliación entre estas criaturas tan dispares?
Ella: hija del día recto repartido entre relojes y cuentakilómetros. Concertista de carcajadas y propiciatoria de amistades. Cómplice del progreso y amante de los puzles, encara con sencillez y despreocupación sureñas los avatares de la modernidad tecnológica. El saludable apetito, la complicidad familiar, la fe en lo humano y la verdad de una belleza sostenida en la burlona seguridad de un juicio perpetuamente ganado a la impronta del azar, conforman su terrible deleite por las costumbres prácticas y las pasiones bien esquematizadas. 
Él: Hijo de la noche, de indolente geometría y obscenas posibilidades filosóficas, artísticas y demás demencias vocacionales.  Anacrónico accidente de perfecta inadaptabilidad, tanto arquitectónica como social. Engañado por múltiples sueños y con la trucada memoria de una infancia maleada  por extraños y dudosos episodios, en el que el amor era un sucio sombrero lleno de monedas, se rinde al desasosiego. Convencido de la lógica aplastante del crimen, simula una apariencia de pasiva complacencia en el que la mentira, el pánico y el asco más o menos neutralizados por la ignorancia, no pasarían desapercibidos ante un observadora con cualidades completamente opuestas a las de la descrita más arriba.

jueves, 3 de mayo de 2012

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a mi padre


                                     
  
Yo desconocía cómo llegaba el pescado a la mesa,
La trayectoria vital de los hombres de manos robustas,
El origen del cristal y el destino de las carreteras.
No sabía del milagro. No sabía del recuerdo incorruptible.

Yo desconocía que te adjudican un nombre siempre cruel,
Que las edades no tienen retorno y la sangre coagula al sol
Y el fuego impregna el alma y unos ojos ven aun cerrados.

Yo vigilaba el escandaloso teatro de las escaleras,
Recorría nocturnos laberintos sacrificando cenas calientes,
Con los brazos y las piernas llenas de huida y vida bruta.

En mi barrio se concentraba todo el mundo.
Mi barrio que era pobre en bombillas.
Mi barrio lleno de gatos en familia,
De grillos, de patios que olían a detergente,
De madres gritando nuestros nombres en la penumbra.
Y un capitán de pandilla que follaba en un palomar.

En Mayo el bricolaje religioso.
La tosca madera amputada se alzaba viva, incorrecta,
Dejando astillas como aguijones de una alegre enseñanza
En nuestras manos golfas, creadoras, ciertas, únicas.

A veces vuelve ese niño que dejó cosas olvidadas:
Insectos agónicos prisioneros en botellas,
Revistas guarras bajo la piedra roja del descampado, 
Besos que salieron espantados de la boca antes de ser,
Revanchas a palos, hogueras mal apagadas con orina...

A veces vuelve ese mismo niño a decirme que me perdona.

    Quién soy