miércoles, 25 de enero de 2017

0 Comentarios

viajar al pasado

sin grandes amigos puede uno darse por perdido.
importante que antes de las primeras canas
exista ya un cable tendido y trenzado de amor
capaz de soportar el peso de tantos buitres
como se quiera y toda la intemperie dada.
preferiblemente repartidos por el mundo
puestos a prueba en aras de la verdad
puede que divorciados o súbitamente religiosos,
han mudado en otra cosa que no conoces.
y es entonces cuando un encuentro inesperado
en el que solo sus ojos responden a tu recuerdo
un intercambio de rehenes con el abrazo
hace el único milagro que la amistad puede,
y no conocemos otro modo de viajar al pasado.

sábado, 1 de octubre de 2016

0 Comentarios

Algunas cosas se parten a nuestro alrededor



Algunas cosas se parten a nuestro alrededor
y sabemos así que el día está avanzando.
Sordo y coloquial y aun sin nosotros avanzando,
tanto cuesta a veces penetrar un sólo día cualquiera.
Pareciera que hemos olvidado buscar una invitación
que al mismo tiempo nunca esperaríamos.
Puede ser que todavía poseamos una parte de aquella dicha
que siempre nos colaba en la fiesta.
Sin embargo llegan días insobornables
con algo de recepción en consulado
para los que hace falta algo más que estar vivo.
¡complicadísimos los gestos para acceder a su cuello!
y tan apetitoso puede ser su aspecto de madrastra intratable
que por no importunar demasiado a ninguno de estos días,
como un loco jugando a los barcos,
subiendo y bajando las persianas,
les hago creer que ya estoy vestido y salgo
les hago creer que ya me he dormido.
¿A quién reclamaremos todas nuestras horas de aburrimiento?



martes, 26 de julio de 2016

0 Comentarios

Náufragos


hombres paseando en pijama
por la orilla del río
hombres a medio día
descamisados y afilando un palo
sosegando perros aparecidos
glorificando así sus manos ociosas.


hombres que llevan una bandeja
llena de croquetas
y siguen un vestido blanco
por la calle oscura
muriéndose con disimulo.


hombres avergonzados de cabo a rabo
rebotando de sol a sol
viviendo por si acaso.
hombres petrificados que observan
la vida postrándose ante el trabajo
como la flor se rinde a la abeja


hombres desorientados.


hombres que se esconden
de aquellos otros hombres
que aceptan al ser
humano como hecho
lógico y consumado


hombres escarmentados.


hombres tristes riendo a destajo
soñando con robar un banco
tartamudeando mintiendo
ante esos otros hombres
que pilotan su bólido de carne
con derrapes y atropellos

hombres emponzoñados.


el hombre perdió algo
en su salto hacia el cuerpo
no hubo fusión
demasiadas cosas
se olvidaron
o extraviaron
en ese salto
desesperado
hacia el cuerpo vivo
que prometía
    luz
y prometía
caricias
por los siglos de los siglos


   (     )

---------------------------------
a cuento de qué esta vergüenza mía de vivir
nada debo a nadie, creo, y si no, decidme
¿que os debo?
cierto es también que poco di, muy poco
¿es por eso entonces mi vergüenza?
pero fracasos amorosos tuvimos todos
yo mismo recogí algunas migas
y rehice un pan que no era mío
y al mismo tiempo consolaba
en un doble juego, quizás deshonesto
pero quién está libre de esta danza
y sin embargo, con propósito feroz
aquí sigue esta vergüenza mía de vivir
que me mantiene apartado, hermanos
y cantando bajito por el camino más largo
ya, se esperaba más de mí ¿puede ser eso?
ya no me hablo sino con lengua inventada
si pudierais verme en público, hermanastros
una bestia de ocho patas huyendo en ascensores
hubo un tiempo en que toda letra impresa me salvaba
y era tan dúctil mi tristeza tan amables mis fantasmas
tan fácil era llorar y odiar tiernamente a los míos, humanos
cuando se tiene un alma y tres cuartos de esperanza
pero esto otro, en fin, ruborizarse desde la célula al plato
secuestrarse a uno mismo, disfrazarme el pasado
sobre todo apretar los dientes, si, alargar el paso
cuando a la vuelta de la esquina alguien me llama
y con voz muy suave y los puños arremangados
me dice ven, ven que te voy a dar el cambio
pero ahora decidme ¡y no calléis!
¡¿os debo algo?!






jueves, 31 de marzo de 2016

0 Comentarios

Divagaciones



Transeúnte sin nombre, esa sensación de triunfo cuando cruzas en rojo
dejando al resto clavados en la acera, ¿No se asemeja a la gloria que siente
un héroe de los de verdad pero ajustado a otra medida y quizás, porque el héroe
verdadero también termina comprendiendo, demasiado fugaz para llevarla a casa, 
pudiendo asimismo haber sido letal?
Transeúnte sin nombre, divagues o no, oíste a aquel hombre declamando
a gritos en la calle y eso siempre avergüenza, por lo que pusiste más atención
a sus palabras, que decían: ”Decidme si no es verdad acaso lo del wifi, fallando 
cada vez más, y los gps, volviéndose completamente locos y llevándote a una favela 
de la muerte o haciendo caer a los aviones sobre pistas forestales y os digo yo 
que la causa no es otra que las tormentas solares gigantescas que están 
achicharrando y están jodiendo a los satélites y todos los gobiernos, aunque no 
lo mencionen, ya han sido suficientemente informados, y tienen miedo, mucho miedo, 
porque esto va a mayores y porque demasiadas veces se ha pronunciado la palabra: CAOS.” 
A ti también te baila esa palabra en la cabeza, la masticas de vuelta al trabajo, 
te la confirma un feroz juego infantil que apenas te roza el brazo. 
Te la llevas a casa colgando del labio, y con ella besas a tu mujer, o a tu gato. 
Todavía la vislumbras cuando, comiéndote una naranja como hace mil años, 
miras fijamente a los políticos gesticular en el  telediario.
Debe llegar la hora más oscura, debe llegar la hora más silenciosa, 
para que el motor del frigorífico, el errante deambular de pies descalzos,
la oración lejana de los vikingos que cierra el bar, los metódicos excrementos 
del vecino pasando veloces junto a tu oreja, la respiración cercana y necesaria
y tu propio corazón chapoteando con falso disimulo, para que por fin 
se desprenda la palabra, esa palabra que te acompañó durante unas horas 
porque alguien la dejó salir de su boca,
y te pareció que sonaba distinta saliendo de esa otra boca, 
y te la llevaste prendida como un pájaro de otro mundo, y sin embargo, 
un mundo que te resultaba familiar, como cuando te sorprendes 
maravillado, culpable, redescubriendote el pié, reencontrandote los ojos 
con todo lo vivido, reconciliandote con tu nombre, que repites
y repites en la hora más oscura, en la hora más silenciosa,
hasta que deja de significar algo.



miércoles, 28 de agosto de 2013

0 Comentarios

ser un gordito con mi gordita feliz
no preocuparme ya nunca más del pelo
no haber leído nunca nada
muy feos mi gordita y yo
no sabríamos de geografía 
no sabríamos de arte
mi gordita y yo no sabríamos de nada
un poco de cocina si
algo de crianza de animales
y poco más
mi gordita tan idiota como yo
cómodamente instalados en la vida
sin hablar con nadie
sin ver a nadie
es decir
toda la educación 
arrojada por la ventana
junto a los museos 
y las piscinas 
palurdos de piel colorada
despiojándose junto al fuego
mi gordita con dos únicos vestidos 
y un abrigo que le queda grande
y arrastra por el barro
cuando persigue mariposas
fácil divertirse si no hay preguntas
hacemos teatro mi gordita y yo
imitamos a dos jóvenes de pedigree
barón y baronesa desplumagallinas:
“debo decir que el jabalí estaba frío
y el lago tenía hoy un color desagradable...
el pequeño ha vuelto a dar trufas al caballo...
maldita sea
que alguien mande matar a ese ruiseñor 
que no me deja pegar ojo!”
reímos con nuestras bocas melladas
por lo demás contemplamos 
el paso de las estaciones
sin sacar conclusión alguna 
y quizá sea nuestro único temor
que un día nos encuentre el cartero.

domingo, 28 de julio de 2013

0 Comentarios


Amor, toda esa agua que cruzó tu cuerpo
Y se fue como otra agua sabrosa por el desagüe 
Yo hubiera querido beberla como el mejor de los vinos.
Tú sabes cuánto me gusta lo que el día hace con tu cuerpo
Te quiero con todos los olores que traes de la calle
El café y el tabaco oscureciendo tu aliento
La promesa de lujuria de tus sobacos 
Todas las gotas que te cayeron de las entrañas.
Antes de la envidiosa ducha estoy yo
Perrito que gimotea oliéndote a distancia
Muriendo por jugar a reconocerte a separarte a definirte
De entre los otros olores del mundo que juegan a despistarme.
Yo te arranco de la oficina
De las avinagradas confidencias de pasillo
Te arranco del grasiento menú del día
De la precintada densidad de las tiendas
De los soportales regados con lejía.
Y con mi hocico, una a una
Te arranco miradas como aguijones
De todos aquellos que te miran porque te desean
Y entonces ya eres mía, sucia mía
Sucia sólo de ti misma
Para que mi corazón se revuelque
Y yo sienta mi vida un poco más limpia.



                                                                  * * *



Cada mañana era la canción
de buscar mis zapatos bajo tu cama,
mi ropa de la víspera, fría y somnolienta,
desperdigada por el parquet,
a esas horas ya débilmente iluminado
como para un ensayo de bailarinas clásicas.


¡Qué desordenados que éramos!
comiendo siempre a deshoras,
y bebiendo tanto...
yo entonces no sabía que habías
tenido problemas con la bebida,
y no te cuidaba.
En el amor siempre fui un ciego despiadado
de manos enguantadas.


Me vestía con sigilo para no despertarte,
una cortesía sin mérito alguno,
pues tú sabías que yo sabía que no dormías.
Nunca dormías.
Tus grandes ojos azules se abrían en la penumbra
para echar a un lado la pantomima.


Me acompañabas hasta la puerta
pálida como un fantasma, un poco ronca, descalza.
Rechazaba siempre el café,
pero no así tus primeros besos,
besos que me daban valor
para salir a la calle con la frente alta,
besos para que siguiera reconociendo
arrogantes maneras de príncipe desterrado,
en el joven punki vagabundo de la plaza Orwell,
besos para que mi cara desentonara en el metro,
besos para que yo, subordinadísimo feliz,
llegara a la oficina mal peinado,
con tartamudeo en los botones
de mi camisa vapuleada,
coquetamente asilvestrado,
demorándome en saludos de viajero recién llegado.


Enfermo de ti, bendiciendo a toda mujer sobre el mundo,
me masturbaba en el descanso para el almuerzo.


Enfermo. Reconciliado con la vida al fin.


* * *


El verdadero desastre está en todas aquellas cosas
que, sin que tuvieras que haber tocado
o ni siquiera imaginar que existían,
estuvieron cuando tú y yo aún.

Y todavía son,
y acumuladas tontamente,
todavía esperan
¿el qué?

Y no saben defenderse sino con un peso o un color
y persisten y son mías y son tuyas también.
Todas arrastradas a este presente que ya no es nuestro.
Sino para ti. Sino para mi.

¿Y hemos de vivir en esta autopsia que no queremos mirar?
vivir en este lento doble instante,
en el que mis manos y las tuyas coinciden
a veces,
en un mismo acto cotidiano.

y se acarician a nuestras espaldas,
ya descansen las tuyas sobre madera
y las mías envueltas en algodón tintado.
porque todo se toca y se pudre en supuesta armonía.

Los placeres antiguos fermentados en seudodramas
que con más o menos gracia contamos como una fábula,
con toda la moraleja atragantándonos.

Y es cierto que podemos burlarnos del destino
cuando lo dejamos plantado
como un grotesco enamorado de pie bajo la lluvia
con el pelo ridículamente pegado a la frente.

Y si me pidieras una lista de todas esas cosas
te indicaría una buena enciclopedia.
y si me dijeras que todas esas cosas ya eran antes del primer beso,
yo no te creería.


* * *


Unos innecesarios pelos en las orejas Otros caprichosamente aislados En la espalda, donde la mano no llega Prejuicios y manías bien asentados. No me importa si la leche está agria No distingo el puchero del cocido Me gustan todas las mujeres de la patria Pero antes de empezar me suelo dar por vencido. Yo sé bien lo que me pasa: tengo gastadas las espuelas El mundo se me hace más salvaje y más vasto Por eso te digo: roba ahora todos los besos que puedas Porque dos viejos besándose siempre darán asco.






    Quién soy